En la OCDE, el 20% de la mano de obra ocupa empleo verde, pero España ha creado menos empleo ligado directamente con la transición ecológica

Según la OCDE, el 20 % de la mano de obra ocupa un “empleo verde”, pero en España los datos tienen matices. En su informe, incluye trabajos que no contribuyen directamente a la reducción de emisiones, pero cuya demanda aumenta, dado que apoyan estas actividades . Por el contrario, alrededor del 7 % está en ocupaciones intensivas en gases de efecto invernadero. Y, aquí, España se queda atrás, pues sus cifras son más altas.

El cambio climático provocará una reasignación de puestos de trabajo significativa, ya que algunos puestos de trabajo desaparecerán y surgirán nuevas oportunidades laborales, pero también algunos empleos se tendrán que readaptar.

Empleo verde: necesaria recualificación

El informe de la OCDE sobre las Perspectivas de Empleo para 2024 se focaliza en paro y salarios, pero también dedica un apartado a los retos del empleo del futuro. En este sentido, se centra en la transición verde.

Según sus estimaciones, España ha creado aún poco empleo eminentemente verde. El país sí está en línea con el porcentaje de ocupados que se dedican a puestos impulsados por la transición ecológica (1 de cada 5), pero solo el 11,5 % se dedica a ocupaciones realmente verdes, nuevas y emergentes. El resto se ocupa en trabajos que ya existían, pero que cuentan con más demanda por la transición.

Advierte de un mayor riesgo de adaptación de los hombres, por trabajar en mayor porcentaje en ocupaciones intensivas en gases de efecto invernadero. Pero, aun así, sitúa la brecha de género por debajo de la media de la OCDE.

Además, ofrece algunos datos regionales. Así, la comunidad autónoma que más está impulsando la transición ecológica es Aragón, pero destaca que la mayor concentración de ocupaciones intensivas en gases de efecto invernadero se encuentra en Galicia.

Baja calidad del empleo verde

En términos de calidad del empleo, en España los empleos de baja cualificación impulsados por la transición ecológica tienden a tener unos salarios y una seguridad laboral significativamente inferior que otros empleos similares. Esto sugiere que, sin políticas públicas, estos trabajos pueden ser una opción poco atractiva para trabajadores menos cualificados.

Sin embargo, muchos empleos de alta cualificación en sectores intensivos en emisiones e impulsados por la transición ecológica son muy similares en términos de competencias profesionales. Por tanto, trabajadores altamente cualificados pueden moverse de sectores intensivos en emisiones a sectores respetuosos con el medio ambiente con relativa poca formación adicional. Pero no ocurre lo mismo con los poco cualificados. Estos necesitarán más formación para abandonar ocupaciones intensivas en gases de efecto invernadero.

“Al igual que ocurre con la transición digital, con una gran brecha generacional, estas personas deben poder recualificarse para no quedar fuera del mercado de trabajo. Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, este salto se da en el último tercio de su vida laboral, lo que condicionará no solo esos años, sino sus prestaciones futuras. Por ello, insistimos en la necesaria formación a través de las Administraciones, poniendo a disposición de los Servicios Públicos de Empleo los recursos educativos con los que contamos”, pide Joaquín Pérez, secretario general de USO.

España, país activo en empleo verde

Según la OCDE, España se ha mostrado especialmente activa en la promoción de la formación para la transición ecológica. Se financian programas de formación y aprendizaje relacionados con ello y es uno de los pocos países de la OCDE que cuenta con iniciativas de orientación profesional para facilitar la transición a empleos verdes.

“Pero no buscamos una financiación a programas externalizados, sino una gestión directa. Sabemos los muchos cursos y sus pocos frutos que se han impartido para el empleo de forma subcontratada. Los Servicios de Empleo deben ser algo más que meros gestores de prestaciones. Su refuerzo permitirá atender de forma personalizada a los demandantes de empleo y sus necesidades. La formación para la reinserción en sectores con empleabilidad debe ser una prioridad”, se reafirma Pérez.

La adaptación al cambio climático de los trabajos es crucial. El 25 % de los trabajadores en España sufre molestias significativas por el calor; normalmente, en ocupaciones al aire libre y en industrias pesadas. Esto tiene efectos negativos en su salud y productividad. El porcentaje es mucho mayor que el de la media de los países de la OCDE, que se sitúa en el 13 %.

Pérdida de empleo en sectores de altas emisiones

La transición hacia la neutralidad de carbono provoca una contracción de los sectores de altas emisiones, que representan el 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y que, sin embargo, solo suponen el 7 % del empleo en toda la OCDE. Los trabajadores de estos sectores se enfrentan a mayores pérdidas de ingresos cuando pierden su empleo, con una caída media del 36 % durante los 6 años posteriores, frente al 29 % en otros sectores. Las políticas de apoyo a los ingresos son esenciales para mitigar estas pérdidas y evitar el rechazo a la transición ecológica.

En España, las diferencias son las mayores entre los países de la OCDE. Esta disparidad tan significativa se explica por las grandes diferencias en la composición de los trabajadores y las empresas entre los sectores de altas emisiones y otros.

Además, son trabajadores de mayor edad y con más antigüedad en estos empleos. Por su parte, estas empresas ofrecen primas salariales más elevadas. Por ello, las pérdidas de ingresos tienden a ser especialmente altas. Mucho más si tenemos en cuenta todas las consideraciones anteriores: no se apoya su recualificación para optar a empleos similares, pero verdes.